12 enero 2011

ATOCHA, SEGUNDA PARTE



Ya desde lejos mirábamos como intentando descubrir algo que nos creara ilusión y según nos acercábamos íbamos lanzando nuestros veredictos...es una obra tan importante como para no dejar pasar por alto y decidimos visitarla.
Moneo ha vuelto a Atocha como el hijo que regresa después de tiempo fuera..aunque nunca se había ido. Atocha es vital para Madrid y junto con Chamartín (en proceso de cambio) vertebrará todo el ferrocarril de alta velocidad en la península y por eso consideramos que es mejor analizarlo como infraestructura trasnacional que como obra arquitectónica individual.
La entrada desde la calle tiene humildad. Situada frente a la anterior, no decide dialogar ni empequeñecer sino ir de la mano como dos vecinos que se llevan bien. La marquesina blanca ya nos habla de trenes (modernos) frente a los otros trenes de los 90. Nos dan la bienvenida (o nos despiden, según el caso) dos macro esculturas de Antonio López, Noche y Dia, que intentan decirnos que la estación no descansa, que la velocidad es joven y que el arte también se puede tocar.  El acceso a los andenes se hace bajando a un nivel inferior con poca personalidad e inmediatamente aparecen las barreras para acceder a los andenes. Un largo pasillo nos aleja (o nos acerca) a los visitantes, sensación extraña ver aproximarse a un familiar o amigo desde 50m..parece que no llega nunca, se hace infinita la espera o simplemente que tal vez esté mal resuelto en el proyecto. Hasta aquí hemos llegado, volvamos fuera.
Recorremos el lateral que atesora toda la magnitud de la obra y frente a nosotros aparece una vasta extensión de aparcamientos, playas de vias y borde de ciudad lejísimos..y aquí es donde pensamos que el nuevo Atocha debería hacer ciudad. Nos muestra la cara oculta de los edificios que dan a la calle Ciudad de Barcelona con una magnífica fachada trasera que no está bien rematada y se merece un tratamiento digno de su empaque centroeuropeo. Al otro lado, a la gran estructura que cubre los andenes nuevos parece que le falta algo..quizá tampoco esté acabada.

La estación está inaugurada y en uso pero sin terminar (típica moda política que esperamos que desaparezca ¡ya!) creemos que todavía le quedan bastantes meses para acabar y poder ver cómo se solucionan ciertas partes que están a medias. Por lo tanto, esperaremos a que esté terminado todo para dar una opinión completa..a día de hoy no tiene mala pinta pero es en proyectos como éste donde hay que echar el resto tanto arquitectónicamente como politicamente y a pesar del enorme presupuesto destinado nos tememos que será otra actuación puntual sin tener en cuenta el resto de la ciudad..todavía recordamos aquellas interminables correcciones en clase de proyectos en la Universidad donde se hacía hincapié en estos temas...y nos gustaría que los arquitectos de primera fila dieran ejemplo porque existen muchas obras que carecen de sentido “urbano” como la ampliación del Reina Sofía.. pero de este tema ya hablaremos..

Nota: Disculpas por la calidad de las fotografías.